Hoy comenzamos con un mensaje directo: ¡Felicidades, compañeros!
No, no nos hemos olvidado, pese a las horas a las que estamos publicando esta noticia, y hoy, día 2 de abril, como todos los años, celebramos el Día de la Delineación, día que celebramos tradicionalmente tras la designación en la 1ª Asamblea Nacional de Delineantes y Geómetras celebrada en Bilbao en abril de 1953 como patrón de nuestra profesión a San Francisco de Paula, venerado por la iglesia católiga y fundador de la orden de los Frailes Mínimos, los últimos de los feligreses, que hicieron de la humildad su marca propia.
Además, la tradición cuenta que, sin saber leer ni escribir, incluso con problemas de visión, Francisco Ruperto Matrolilla (1416-1507), que así se llamaba, trazó y delineó los planos para la construcción de un edificio conventual, rectificación que vio en visión extraordinaria y que, en su momento, fue considerado como uno de los méritos para su santificación, según las reglas propias de la citada iglesia católica.
Nosotros, independientemente de cuestiones santorales, reconocemos a la humildad como una de las principales caracterísiticas de nuestra profesión, humildad que no nos impide acometer nuevos retos y asumir nuevas competencias en este actual mercado laboral tan cambiante, siempre desde el respeto a terceras profesiones, pero también desde el convencimiento de que nuestras capacidades profesionales están por encima de esas expresiones vulgares, tan traídas y llevadas, y que tantos nos dedican, como la de "simple pintarrayas".
Leonor Ferrer
Pero hoy no solamente nos felicitamos por ser el día del nuestra profesión, sino también porque el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado reconocer con una calle a la mujer que fue la primera delineante del estado español, figura de extraordinaria importancia e influencia en su momento, como es Leonor Ferrer Girabau, que nacida en 1874 obtuvo el título de perito delineante en 1905.
Desarrolló su carrera profesional en la Sociedad General de Teléfonos, que posteriormente pasaría a llamarse Compañía Peninsular de Teléfonos y conocemos todos por Telefónica, puesto al que accedió por oposición como telefonista, pero que al poco tiempo dejó para ser auxiliar de delineante y, posteriormente, Jefa de la Sección de Planos, puesto desde el que dirigió un equipo en el que integró a más mujeres en la empresa y la profesión.. Desarrolló una importante labor de enseñanza de nuestra profesión, tanto en su propio centro de formación como maestra de escuela en diferentes localidades hasta su fallecimiento, en 1960.
Este reconocimiento merecidísimo para ella, al que nos unimos, se materializará en el que se conocerá como Carrer (calle) de Leonor Ferrer, que se ubicará al lado del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña, lugar en el que se encuentra el Fondo Documental donado por sus familiares y que se puede consultar vía web en el que se encuentran maravillosos ejemplos de su trabajo y de su delineación, todo un arte en aquéllas fechas, como lo atestigua el ejemplo que acontinuación os dejamos.